martes, laissac (6:51/sin.acentos)

Ayer fuimos a recoger hongos al bosque. Habia que desbrozar el suelo para localizarlos bajo la primera carpeta de hojas otonales. Eran amarillos y sustanciales, casi flores carnosas. Mi amigo y guia me explicaba que habia que distinguir los de enves estriado de los de enves puntuado, estos ultimos venenosos. Recogimos casi dos kilos. Ayer mismo por la noche nos los comimos, cocinados con ajo y perejil. Pocas veces en mi vida he consumido alimentos acabados de cosechar.sacrificar. Sabian a tierra. Tierra de aqui. / Mientras los masticaba pensaba metaforas para el blog: flores carnosas: flores terregosas, carne terrosa, carne aterrada, tierra floreada… / Mientras los degustaba, la esposa de mi amigo y guia aclaro que los hongos no tienen ningun valor alimenticio: nutricionalmente hablando, son una perdida de tiempo. / Hoy desperte tan temprano porque vamos a ir al mercado ganadero a comer tripas. Los ganaderos pertenecen a ese grupo minoritario que se arriesga a explorar esos territorios ignotos allende el croissant con cafecito y a desayunar tripas a las siete de la manana. Espero que el valor nutritivo del cerdo mananero (como joden los paises sin enie, egnie, enhe… ?como fingir una ñ? / Decia, que espero grandes cosas de los valores nutricionales del cerdo. / Hoy desperte de buenas y quisiera desearle una bonita semana a la especie humana (cuando despierto de malas tambien lo deseo pero no lo digo… ?que valor nutricional tendra el deseo callado, inenunciado, no.contado, no.dicho?)

3 opiniones en “martes, laissac (6:51/sin.acentos)”

  1. Carne de tierra, y ¿no es toda la tierra en realidad nuestra carne?
    Me recuerdas a Mafalda, la niña que al despertarse le dice Buenos días a la gente buena del mundo, y ñueños mñías a la gente mala, porque si no le dice uno buenos días a la gente mala, luego se ofende.
    ¿Sabes qué creo? que el deseo, cuando se pronuncia, se convierte en movimiento, deja de ser potencia para convertirse en continuo, y se condena a desaparecer.

  2. ¿Entonces, para sobrevivir, el deseo está condenado al silencio, o ya de plano a la represión que lo detiene en la punta de la lengua para no ejercerlo? ¿O es precisamente ese carácter de condenado a muerte (es decir, de humano), esa inminente desaparición la que lo vuelve dulce tan dulce: néctar de vida?

  3. El deseo no puede sobrevivir, ¿te imaginas? Ya es lugar común decir que la mejor forma de matar el deseo es consumar la posesión. Sí, nos alimenta porque nos deja hambrientos, siempre y siempre. Un agua, néctar, pues, que produce más sed de la que elimina. Corriente eléctrica que engarrota los músculos y acalambra el esófago, pero cuya ausencia vuelve tan inane la vida que es preferible el suicidio.

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